- Robin van Persie y Shinji Kagawa se estrenaron con la playera de los “Red Devils”
- Javier Hernández se quedó en la banca y sigue sin ver acción en la Premier League
Aparecieron los “demonios” y lo hicieron sin miramientos. Tras un primer
partido en el que el Manchester United decepcionó, Van Persie, Kagawa y
compañía comenzaron a generar el futbol esperado para vencer 3-2 al
Fulham y sumar sus primeras tres unidades en la temporada.
El partido apenas tenía su primer respiro, comenzaba a girar el balón y ya lo hacía dentro de la portería de David de Gea. El tico Bryan Ruíz realizó una gran jugada para meter un centro que Demian Duff llegó a cerrar con toque de primera intención para poner el 0-1 en el marcador ante una pasiva defensa que a los dos minutos no había despertado.
Como una auténtica alarma, el gol del visitante cayó como balde de agua fría para despabilar al equipo de Ferguson que tomó la pelota y empezó a generar opciones en la cabaña defendida por Mark Scwarzer hasta que las aguas retomaron su nivel.
Patrice Evra desbordó por la banda izquierda para meter un centro que
Robin van Persie impactó de bote pronto para estrenarse, en la que a
partir de hoy, será su casa. Golazo del delantero tulipán a los 10
minutos para emparejar el marcador y de paso estrenarse con la playera
de los “Red Devils”.El partido apenas tenía su primer respiro, comenzaba a girar el balón y ya lo hacía dentro de la portería de David de Gea. El tico Bryan Ruíz realizó una gran jugada para meter un centro que Demian Duff llegó a cerrar con toque de primera intención para poner el 0-1 en el marcador ante una pasiva defensa que a los dos minutos no había despertado.
Como una auténtica alarma, el gol del visitante cayó como balde de agua fría para despabilar al equipo de Ferguson que tomó la pelota y empezó a generar opciones en la cabaña defendida por Mark Scwarzer hasta que las aguas retomaron su nivel.
La tónica del partido no cambió. Manchester United fue amo y señor del esférico en todo momento, aunque la defensa local provocaba algunos apuros y el nerviosismo constante de la afición que se había dado cita en el “Teatro de los Sueños”.
Fue hasta el 35’ cuando el United puso las cosas en orden y comenzó a funcionar como una máquina destructora que pretendía devorar a su rival. Anderson sacó un disparo de larga distancia que Schwarzer rechazó, pero a la vez “asistió” a Kagawa que no desaprovechó el rechace para poner el 2-1.
El bombardeo ya era constante y cualquier interrupción era un bálsamo para el Fulham que prácticamente había desparecido del partido.
Rafael avisó con un tiro, en fuera de lugar que anuló su gol, aunque dos minutos más tarde llegó el tanto que sí valió. Ashley Young metió centro a segundo poste para encontrar la cabeza del lateral brasileño, quien sin marca, empujó el esférico para agrandar la ventaja a los 37’ del primer tiempo.
Fulham intentó reaccionar, pero sin puntería, pues Kacaniklic hizo una buena jugada que terminó en centro para un intento de chilena de Petric, quien dejó servido el balón para un disparo que atajó bien De Gea, pero en el segundo disparo de Petric el arquero español desvió y el esférico fue directamente al travesaño. Se salvaba el United.
Para la segunda mitad nada cambió entre un Fulham inoperante y un Manchester United que sobrellevaba el partido intentando dormir al rival para luego soltar el latigazo que acabara con el juego, aunque no contaban con el error de su portero.
Como si se tratara de una “epidemia” de errores en los porteros españoles, David de Gea salió a cazar mariposas ante un centro de Briggs, que no llevaba absolutamente nada, y que provocó que el portero español se perdiera provocando que Vidic empujara el balón a su propia portería con la pierna derecha y sin darse cuenta para el 3-2. Garrafal error que minutos después se sacó con una buena atajada sobre Dembele.
Ferguson no esperó más y a los 68’ mandó al terreno de juego a Danny Welbeck y Wayne Rooney en lugar de Ashley Young y Shinji Kagawa, que ya comenzaba a justificar el porqué fue la primera contratación para esta temporada.
El partido fue muriendo entre disparos inoperantes de los locales y un
Fulham que sólo era intención pero no argumentos futbolísticos hasta que
el silbatazo final acabó con las hostilidades.
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